Tomado del Blog de Daniel Santolo, Secretario General de La Causa R
Creo que hay un grave error en la percepción que se tiene de la Mesa Unitaria, o de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), como se le ha venido llamando. Las expectativas que hay sobre ella tal vez vayan más allá de lo que realmente se pueda hacer desde ella.
La MUD es una coalición de partidos políticos que se ven obligados a sentarse en una mesa para unificar sus escasas fuerzas y con ello, vencer en parte sus debilidades. El gobierno, que sigue en descenso y se debilita ante sus propios seguidores, pero no lo suficiente para ser derrotado en un solo intento, nos obliga a unirnos para poder avanzar democráticamente hacia la toma del poder político, y el primer escalón de esa gran escalera, muy empinada por cierto, es la Asamblea Nacional. La única forma de asumir una cantidad de cargos significativos en el venidero parlamento, es con una coalición sólida de partidos. Partidos que son mal vistos por algunos, que mantienen una perenne campaña para contribuir a su destrucción, pensando que con ello pueden asumir las posiciones políticas, que mal o bien, ejercen las direcciones de dichos partidos políticos.
Algunos afirman que los partidos políticos, todos unidos, no alcanzan un 20% de aceptación en la sociedad. Tal vez eso sea cierto, pero se les olvida que los partidos son los únicos que cuentan con estructuras que orgánicamente pueden dirigir la acción política. Muchos de los que generaron una matriz de opinión en contra de las organizaciones políticas en su empeño de destruir a los partidos, son en gran manera los responsables de que en la actualidad contemos con el presidente que tenemos.
La antipolítica y la descalificación de las organizaciones políticas, sumado a la cantaleta de que la “gente nos pide tal o cual cosa”, ya la hemos escuchado antes y conocemos los resultados que de ello obtendremos ahora; es una película repetida. ¿O es que hace cinco años no existían voceros, que se arrogaban la vocería de la sociedad civil, que nos decían que la “gente” pedía abstenernos y no acudir a las elecciones para la asamblea nacional pasada? Allí están los resultados: Ni un solo parlamentario y además calándonos todas las leyes que les ha dado la gana de aprobar. La “gente” pedía a gritos el paro petrolero, y allí están los resultados: Más de 18 mil trabajadores despedidos y perseguidos, y ahora no tenemos ni idea de lo que allí adentro ocurre. ¿O nos tenemos que olvidar también de la huelga que tenía como consigna el “Chávez vete ya”? ¿Cuáles fueron sus resultados? Atornillar al presidente en el poder.
Gente que en el pasado nos condujeron por el despeñadero, y peor aún, algunos de ellos que colaboraron abiertamente con el régimen, que ahora con su cara muy lavada pretenden decirnos qué hacer desde nuestros “pequeños” partidos, queriéndonos imponer con la misma formulita ya desgastada, “la gente nos pide”, entre otras cosas, que hagamos primarias en todo el país con unos candidatos que a lo sumo responden por sus propios intereses.
Elecciones primarias que, por cierto, sólo pueden ser impulsadas con una gran maquinaria electoral y con una gran cantidad de recursos económicos, con los cuales no se cuentan. Si con algunos recursos podemos contar, lo lógico es que se utilicen en la campaña que en verdad interesa: Las elecciones para la Asamblea Nacional del 26S, en la que nos vamos a enfrentar en contra de todo el aparataje gubernamental y el abuso de poder a que nos tiene acostumbrado este régimen.
La obligación de la MUD es la de presentar candidaturas unitarias, no únicas, tomando en cuenta a los sectores sociales o a individualidades que están más allá de los partidos políticos, y que han dado una lucha titánica contra este régimen y que puedan seguir dando contribuciones desde la Asamblea. Los que aspiren a ocupar un curul en el parlamento, fuera del acuerdo unitario, tienen todo el derecho a competir y de inscribir sus candidaturas ante el satanizado, en algunos casos por estos mismos individuos, CNE. Lo que no pueden, es obligar a los partidos políticos a que los inscriban y les complazcan sus caprichos. Y para aquellos que plantean que el chavismo es más democrático que los partidos de oposición, les decimos que tienen todo el derecho a inscribirse en el PSUV y competir en sus elecciones internas.
